El presidente logró reafirmarse en el poder y erigirse como el líder que el país necesitaba en momentos de crisis. Sin embargo, las previsiones y medidas para contener las olas de contagios no fueron suficientes.
Por Mateo Londoño. 01 junio, 2020.El presidente Martín Vizcarra inició su maratón con fuerza, decisión y haciendo ajustes a su equipo para conseguir los mejores resultados. Tuvo aciertos, por ejemplo, haber reconocido el inminente peligro del coronavirus y tomar decisiones rápidas al respecto. Logró reafirmarse en el poder y erigirse como el líder que el país necesitaba en momentos de crisis. Sin embargo, las previsiones y medidas para contener las olas de contagios no fueron suficientes.
Perú es el segundo país con más fallecidos en la región, 3629, según el último reporte del Ministerio de Salud. Parece que las medidas tomadas hace más de setenta días no han dado los resultados esperados. Los aciertos en comunicación vistos al inicio de la crisis se desvanecieron, dejando al descubierto un sistema de salud precario; no obstante, no era lo único que había colapsado ante la pandemia.
La imagen del presidente se ha visto gastada, su discurso se volvió monótono y predecible. La tranquilidad que generaba su mensaje se convirtió en incertidumbre y desconfianza. Diversos factores contribuyeron: las cifras presentaban inconsistencias, así lo ha demostrado la diferencia de 9213 muertes entre abril y mayo de este año en relación al anterior; además, la normalización económica, por el momento, no se siente y más de 1,2 millones de personas en Lima han perdido sus empleos.
En Perú, más del 70% de los ciudadanos tienen empleos informales, esto significa que gran parte de la población necesita salir cada día a trabajar para sobrevivir. Ser ajeno a esta realidad y culpar frecuentemente a la población, denota falta de empatía y poco entendimiento del contexto social. El 22 de mayo se extendió el estado de emergencia hasta el 30 de junio, pero el mensaje fue tan confuso que tuvieron que pedirle que repitiera las ideas principales.
En diversas ocasiones, se le ha llamado a Vizcarra ‘el presidente de la crisis’. Hoy, es necesario que la comunicación con los ciudadanos sea transparente; el mandatario debe explicar con claridad las medidas que su Gobierno toma y que dichas medidas sean coherentes con la realidad nacional; debe transmitir tranquilidad para quienes lo escuchamos, solo así podremos llegar al final de esta maratón.
Termino con las palabras del escritor israelí Yuval Noah Harari, quien afirmaba que, ante esta problemática, la mejor defensa que tenemos no es el aislamiento, es la información. Han pasado más de setenta días de iniciado el estado de emergencia en Perú y podemos dar fe de que comunicar salva vidas, el encierro no.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.